miércoles, 23 de marzo de 2016

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                           HADA


Hará unos 8 años capturé a un Hada que revoloteaba por ahí. Me preguntó que qué deseo quería me concediera. Le pedí me enseñara a escribir como ella.

Algo me concedió, porque escribir como ella era imposible, pero me inyectó ese gusanillo de querer escribir. Cosa que ella no sabe le agradeceré toda la eternidad.

Era jovencita y sus cuentos eran frescos, a cambio creo que le enseñé como moverse en el medio donde la capturé. Y yo torpemente empecé a escribir. Nada que ver a como ella lo hacía, pero algo era algo.

Hada provenía de un lugar muy desconocido para mí, y a veces su lenguaje me confundía, lo mismo que yo a ella.

Muchas veces tuve que hacer interpretación de lo que quería decir, pues yo también provengo de un lugar desconocido y con una jerga para algunas palabras diferente.

Por una enfermedad me distancié de Hada y desaparecí del lugar. Ya no podía escribir. 

Cuando regresé, ya había crecido mucho y ya no era aquella jovencita con la que tropecé. A regreso, pregunté por ella, y fué difícil encontrarla. Ya desconfiaba, no de mí, del sitio.

Hada es elegante, es guapa, inteligente pero tiene mucho genio. A veces había que comunicarse con ella midiendo las palabras, si bien yo lo sabía, y procuraba no ofender. Un día, como otro cualquiera, cuando otro está de mal humor, con dolor o cualquier otra cosa, me confundí al decir algo que pudo llegar a confundir, surgió un mal entendido. Se crea desconfianza, y ya no hay nada que hacer.

Cosa mala eso. Rompió el encanto, pero yo seguí confiando que algún día llegaría a resurgir. Ese día no llegó.

Años más tarde me enteré a Hada se le rompió un ala. Estaba triste, hundida. Ya no podía volar, revolotear como hacía antes. Tenía que aprender a vivir sin el ala.

Perdió esa ala que le enseñó mucho, todo lo que sabe de la vida hasta ahora. Volaba por los aires, vió y aprendió mucho gracias a que podía volar. 

Pero nunca es suficiente. Ahora le toca aprender a vivir sin el ala, y con la ayuda de otras Hadas que revolotean a su alrededor.

Le escribí, sin esperar respuesta. Para mi sorpresa respondió. Mal, pero respondió. Perder el ala y resignarse no era fácil. Su vida cambió radicalmente. Nunca será igual.

Creo llegará un día, como a todos los seres que han perdido algo, se recupere y aprenda a hacer cosas sin el ala. No es tarea fácil, y menos para un Hada como ella, que tenía todo y lo perdió. Adaptarse a eso es duro. Era una de las cosas más importantes de su vida.

https://www.youtube.com/watch?v=oeXhVbLPJMs

lunes, 14 de marzo de 2016

Resultado de imagen de imagenes ojos verdes Resultado de imagen de imagenes ojos verdesResultado de imagen de imagenes ojos verdes Resultado de imagen de imagenes ojos verdes Resultado de imagen de imagenes ojos verdes Resultado de imagen de imagenes ojos verdes       DOÑA HELEN



Doña Helen fué una madre ejemplar. Nunca habrá suficientes palabras para describirla. Diré unas pocas palabras de su niñez.

Venía de una familia numerosa, la quinta de seis. Como dato curioso nació el mismo día que su hermana mayor, con la cual se llevaba siete años. Eleonor siempre dijo que fué su regalo de cumpleaños. Fué su hermano Jaime con quién más unida estaba.

Eran de una clase media trabajadora donde todos tenían que arrimar el hombro. Su padre se dedicó desde carpintero a criar vacas comprar gallinas para huevos. Doña Helen y Jaime eran los encargados de recolectar los huevos, ponerlos en cartones, y entonces su padre los vendía al por mayor. En esa casa todos trabajaban.

Doña Helen tenía encanto, en su casa todos tenían ojos azules, pero ella los tenía de un verde intenso que maravillaba. Era simpática. Nada más mudarse de pueblo a otro un poco más lejos y entrar al colegio, donde no era conocida, la eligieron la Reina del año.

Tocaba el piano, trompeta, tuba. Todo esto se lo enseñaron en la escuela religiosa. Era protestante.

Estudió enfermería, y en cuanto terminó y se enteró que había una epidemia infantil muy lejos de su casa. No le importó. Se fué de voluntaria con otras amigas.

Allí conoció a Ramón, que era estudiante. Y nada más se vieron saltaron chispas. No sé cuanto le faltaba a Ramón por terminar su carrera, y ella sabía que nada más terminár su carrera se regresaría a su país. Un país del que ella desconocía todo. Hasta el idioma. Aun así se casó con él y se fué a tierras lejanas.

Su familia le dijo que estaba loca, que allí la gente vivía en la copa de una palmera y no sé cuantas cosas más. Nadie había oído hablar de ese país hasta entonces.

Allá se fué, no entendía a nadie y a ella tampoco la entendían. Poco a poco fué acostumbradose, y la gente se le iba acercando. Su apariencia y personalidad era encantador. Y siempre existe el lenguaje por señas.

Tuvo hijos. Aprendió el idioma lo suficiente como para comunicarse, y la gente empezó a entenderla. 

Su casa era la de todo el mundo. La situación económica de Ramón fué mejorando, y fué rodeandose de personas que la entendían mejor. Pero nunca perdió su humildad, candidez, sencillez y alegría. No importa lo que pasase, era feliz y lo transmitía.

Ella pidió que le quitaran "el Doña", pero era la costumbre, y una falta de respeto.

No fué hasta que sus hijos se fueron haciendo mayores, se fueron casando, que una de las nueras empezó a decirle Helen. Y de ahí para casi todo el mundo fué Helen.

A Ramón le gustaba la poesía, y varias veces sentó a sus hijos cuando eran pequeños en el sofá mientras él recitaba. Eso sí, Helen tocaba el piano como música de fondo. Se pueden imaginar los codazos y risitas entre los hermanos, cosa que molestaba a Ramón y los iba despachando poco a poco. Hasta a Helen le entraba la risa floja, pero como estaba de espalda, él no la veía.

Lo mismo cuando cantaba. Tenía un repertorio y terminaba con "Aquellos ojos Verdes", y Helen tenía que mirarlo. Entonces aquello era la monda. Ramón para eso no tenía sentido del humor. Eran niños. ¿ Que se les podía pedir?

Cuando se fueron haciendo mayor, a dos de los hijos de Helen, les entró el "gusanillo de tocar el piano. Ella los amaba a todos por igual, y les dedicaba el tiempo pertinente a cada uno de ellos según la necesidad del momento.

Doña Helen fué la perfecta "mamá gallina", pero sin que se le notase. Y ESOS OJOS VERDES, con la edad se tornaron gris.

ttps://www.youtube.com/watch?v=kLnkWaF-dpw&list=RDkLnkWaF-dpw

domingo, 13 de marzo de 2016

Resultado de imagen de fotos de un padre mayor

      


                                             EL PADRE


Un Padre harto de las discusiones de sus cuatro hijos, que cada uno era el que más sabía de todo; un día decidió cortar por lo sano y hacer un experimento. Los envió a los cuatro a viajar por el mismo camino por un año, solos y a un intervalo que él decidió.


"Hijos, van a coger un año para ir de viaje por un camino que les indicaré, y a la vuelta cambiaremos impresiones" . Y así fué.

Anduvieron el mismo camino por etapas, y cada uno se detuvo en el sitio que más le llamaba la atención para admirarlo. No iban juntos.

Al regreso se juntaron con el padre por separado.

Vino el primero y le contó que vió maravillas, pero lo que más le llamó la atención fué un árbol algo tocido, pero lleno de hojas verdes y de flores que despedían un aroma perfumado inolvidable. Bello! Un paisaje extraordinario. Pero el árbol...indescriptible.

Vino el segundo y dijo que el viaje le vino bien. Pasó por ríos llenos de agua, y animales pastando. Y lo que más le llamó la atención fué que se dió con un árbol lleno de frutas riquísimas. Tenía tantas, que parecía que no se sostenía. Daba frutos para un regimiento. Cogió tantas que su mochila se le hacía pesada. Pero con gusto las llevó, y las comió por el camino. Riquísimas.

Vino el tercero y le contó que en un principio todo era algo frío, pero a medida que anduvo el camino todo mejoró. Hubo algo que le llamó la atención. Vió un árbol con hojas rojas y doradas. Y el camino estaba lleno de hojas. Esas hojas doradas y rojizas que caían del árbol.

El último le contó de su experiencia, lo bonito y lo feo, hacía mucho frío, pero lo que más le llamó la atención fue un árbol. Sí un árbol torcido y feo. Seco y lleno de ramas. Pensó que por qué lo habrían dejado allí. Era tan feo.

Entonces el padre los juntó para que intercambiaran sus opiniones sobre "ese" camino y lo que vieron y como lo describían. 

El Padre y les dijo, " Hijos míos, todos tienen la razón, pero han de llegar a la conclusión de por qué".

https://www.youtube.com/watch?v=1UuzBBLUkNw


lunes, 7 de marzo de 2016

                                           LA FAMILIA NUMEROSA       


 En una familia numerosa ya se sabe que los hermanos, aunque se quieren todos mucho, por diferencias de edad se van agrupando por grupos , y no es que ignoren , pues muchas veces están al cuidado de los pequeños, pero simplemente no juegan juntos. Cada grupo tiene intereses de acuerdo a su edad.


Peleas y discusiones...muchas. Pues los mayores son mandones y los pequeños entrometidos. Dá igual quién se une con quién, los nenes con las nenas, nenas con nenas. Lo que marca es la edad.

Aún en la adolecencia esa diferencia se nota. Los mayores ya van más avanzados en los estudios, y los pequeños van empezando o van por la mitad.

Un niño de 8 años ver a uno de 13, el último le parece un adulto, y no tienen nada en común.

No es hasta que todos, ( si es que todos van ) llegan a la universidad o un oficio, y terminan, se vá igualando esa diferencia. Pero si los mayores siguen estudios post graduados, los chiquitos siguen mirando hacia arriba.

No están más o menos igualados hasta que todos empiezan a trabajar, ( si a eso llegan ). Entonces sí, se entablan conversaciones y el trato es de iguales.

No tiene que ser de la misma carrera. Es más, cada uno en su parcela es capaz de orientar a otro en su campo.

Entonces es cuando quizás el mayor es más amigo del pequeño, y así se van entremezclando indistintívamente y se convierten en iguales.

El cariño es igual, la afinidad no. Aunque cualquiera de ellos daría lo que fuera si vé que otro se encuentra en problemas.

La dificultad cuando se llega a adultos es cuando se casan. Ya tienen pareja, y ésta puede o no, encajar en el núcleo familiar. Y no porque le hagan feos, si no por su forma de ser o de donde proviene. Hay tantas cosas que marcan una diferencia.

Hay hermanos en los cuales su pareja encaja perfectamente con sus " suegros ", y otros no los quieren ni ver.

Con el tiempo se descubre ( quizás ) que quién era tu mejor amigo de infancia, lo sigue siendo, pero descubres que aquel, a quién ni caso le hacías y era algo problemático, se convierte hasta en tu confidente. Pero en el fondo todos los hermanos son tus amigos.

Pero hay otras familias numerosas, que muchos de sus miembros no pueden ni verse. Y es un caos. Porque 2 o 3 miembros cargan con todas las responsabilidades cuando los padres envejecen.

¿Quién no ha visto o vivido algo así ?


https://www.youtube.com/watch?v=Vqe0Eugk2xw

sábado, 5 de marzo de 2016

                                         

                         


    EL ARCOIRIS


El arcoris tiene varias formas de mostrarse. Hay días soleados en que se ve enterito. De un lado a otro con toda gama de colores.

En días nublados se vé a trocitos.

Vamos a hablar del enterito, que es más alegre y tiene un cuento que nos contaba  Papi de pequeñitos.

Se decía que al final del arcoiris había un cofre lleno de oro. Pero solo había varias condiciones para poder verlo. Ser bueno, perseverante y tener fé. Si no, estabas ciego y aunque si lo estuviese a tus pies, no podrías tocarlo, verlo ni tenerlo.  

¿Pero quien tiene todo eso?

Pues cuando salía el arcoiris, algún día Papi nos llevaba a la playa o al campo y teníamos que lograr encontrar donde empezaba. Y desde ahí empezaba la busqueda. Y después de horas (porque a un niño los minutos le parecen horas), ya  empezabamos a cansar, pues lo que nos parecía el principio y que nos parecía que llegabamos, se movía no llegabamos y nos desesperaba. ¡ No ibamos a encontrar el principio!

Ya empezabamos a fallar, eramos buenos, sí, pero nos cansabamos. Pero aún así, decíamos, vamos a seguir Papi. Y seguíamos caminando. De vez en cuando aparecía una nube, que nos dispersaba la visión, pero entre unos y otros, alguno lograba divisarla y seguíamos.

¡Ah! Se me olvidó decirles que salíamos de casa preparados como si fuesemos a la guerra, Cantimplora, bocadillo y chocolate, para que nos diera energía. - Qué ilusos.

Ya, a la hora literálmente, nos faltaba la fé. Porque eso de caminar tanto y parecer que estabamos en el mismo sitio, aunque mirábamos hacia atrás y veíamos lo mucho que habíamos caminado, pero como que no convencía a seguir. No fuimos perseverantes.

Aún así nos pedíamos más esfuerzo. Pero nunca llegamos ni al principio, mucho menos al final para encontrar el cofre. Ibamos a ser "ricos", para poder comprar nuestras "chuches", pero nunca encontramos " el cofre ".

Amigos, todos sabemos que esto del cofre lleno de oro es puro cuento, si bien nos hacía ilusión de niños.

El Arcoiris es bello. Aunque es como la vida. Tiene sus días, y es según los ojos que lo miren.

Ese cofre no existe, pero aún de mayor me acuerdo de el, y de lo que hubiese hecho de haberlo encontrado. Y según el pensamiento de Platón, EXISTE, porque yo lo imagino.

Ese cofre es como la vida. Depende del cristal con lo que lo miramos y de lo que querramos creer.

Para mí, científicamente el cofre no existe, pero en las cosas en las que creo sí. En algún lugar estará ese cofre y llegará el día en que lo veré. A eso le llamo FE y no DESESPERAR. Algún día tendremos nuestra recompensa por creer. 

La vida es para vivirla, aprovechando lo bueno y sorteando lo malo, porque no siempre es un camino de rosas, ni el cuento del Arcoiris. Aunque es bueno soñar, porque de todos los que tengamos, alguno se hace realidad. Tambien de ilusión se vive a veces para endulzarnos la vida.

https://www.youtube.com/watch?v=s-5nKwjQMvA