HADA
Hará unos 8 años capturé a un Hada que revoloteaba por ahí. Me preguntó que qué deseo quería me concediera. Le pedí me enseñara a escribir como ella.
Algo me concedió, porque escribir como ella era imposible, pero me inyectó ese gusanillo de querer escribir. Cosa que ella no sabe le agradeceré toda la eternidad.
Era jovencita y sus cuentos eran frescos, a cambio creo que le enseñé como moverse en el medio donde la capturé. Y yo torpemente empecé a escribir. Nada que ver a como ella lo hacía, pero algo era algo.
Hada provenía de un lugar muy desconocido para mí, y a veces su lenguaje me confundía, lo mismo que yo a ella.
Muchas veces tuve que hacer interpretación de lo que quería decir, pues yo también provengo de un lugar desconocido y con una jerga para algunas palabras diferente.
Por una enfermedad me distancié de Hada y desaparecí del lugar. Ya no podía escribir.
Cuando regresé, ya había crecido mucho y ya no era aquella jovencita con la que tropecé. A regreso, pregunté por ella, y fué difícil encontrarla. Ya desconfiaba, no de mí, del sitio.
Hada es elegante, es guapa, inteligente pero tiene mucho genio. A veces había que comunicarse con ella midiendo las palabras, si bien yo lo sabía, y procuraba no ofender. Un día, como otro cualquiera, cuando otro está de mal humor, con dolor o cualquier otra cosa, me confundí al decir algo que pudo llegar a confundir, surgió un mal entendido. Se crea desconfianza, y ya no hay nada que hacer.
Cosa mala eso. Rompió el encanto, pero yo seguí confiando que algún día llegaría a resurgir. Ese día no llegó.
Años más tarde me enteré a Hada se le rompió un ala. Estaba triste, hundida. Ya no podía volar, revolotear como hacía antes. Tenía que aprender a vivir sin el ala.
Perdió esa ala que le enseñó mucho, todo lo que sabe de la vida hasta ahora. Volaba por los aires, vió y aprendió mucho gracias a que podía volar.
Pero nunca es suficiente. Ahora le toca aprender a vivir sin el ala, y con la ayuda de otras Hadas que revolotean a su alrededor.
Pero nunca es suficiente. Ahora le toca aprender a vivir sin el ala, y con la ayuda de otras Hadas que revolotean a su alrededor.
Le escribí, sin esperar respuesta. Para mi sorpresa respondió. Mal, pero respondió. Perder el ala y resignarse no era fácil. Su vida cambió radicalmente. Nunca será igual.
Creo llegará un día, como a todos los seres que han perdido algo, se recupere y aprenda a hacer cosas sin el ala. No es tarea fácil, y menos para un Hada como ella, que tenía todo y lo perdió. Adaptarse a eso es duro. Era una de las cosas más importantes de su vida.
https://www.youtube.com/watch?v=oeXhVbLPJMs